«La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan»
Hola a todos
Ayer corrimos nuestra primera Media Maratón…increíble!!
Ya desde primera hora de la mañana el ambiente era inmejorable, se respiraba una mezcla de ilusión y de nervios. Todos los que iban llegando llevaban una sonrisa especial en la cara, todos tenían ganas de participar en el evento pero sólo había una idea en la cabeza: Acabar la carrera por Eugenia.
El tiempo también nos acompañaba, al final no se cumplió el pronóstico y no llovió, es más, para mi gusto hizo el tiempo perfecto para este tipo de carreras, nada de lluvia ni frio y el Sol en su sitio pero sin calentar demasiado…todo a nuestro favor!
Después del reparto de saludos y camisetas, la gente comenzó a prepararse un poco: música, estiramientos, ropa…pero eso sí, si dejar las bromas en ningún momento.
En la línea de salida nos juntamos unos cuantos, sabíamos que lo más seguro es que durante la carrera no fuéramos a correr juntos, y que cada uno se iría fijando su ritmo, pero nos apetecía empezar la carrera todos a una. Hay que recordar que para una gran mayoría, esta era nuestra primera Media así que teníamos que ir aprendiendo las sensaciones sobre la marcha y como el objetivo era acabar preferíamos salir con el “freno de mano” un poco echado.
Comienza la carrera!!. Lo primero que me llamó la atención es la cantidad de gente que estaba en la salida animándonos, aplaudiendo y gritando “Vamos campeones”, algo que se repetiría durante mucha parte del recorrido, caras conocidas y no conocidas volcadas con los corredores…increíble!.
La carrera fue especial, con infinidad de KM muy buenos y únicamente 4 muy duros y todo ello se lo debo agradecer a Juan Andrade y a su amigo Alfonso. Desde el primer KM me fueron marcando el ritmo, preocupados de mis sensaciones y de evitar que perdiera el paso. Es verdad que el ritmo era mucho más elevado que al que yo pensaba llevar (4:50) pero iba muy cómodo, disfrutando de cada paso por KM. En cada uno de los carteles me iba acordando del Patrocinador: Aceites Guillén, Martin – Toribio, Los Aljibes, Arrozua, Copi-andalusi… y así iban pasando los KM. El primer momento en el que tuve un primer “amago” fue en el KM Trilife (Km 13) pero se pasó a los pocos metros. Aunque suene masoca me gustó la sensación de ver cómo iba controlando sensaciones y no bajaba ritmo.
Así seguíamos comiéndonos KM: Mochales & Candela, Taxidermia Juan Jesús Lozano, Naranfres, Instituto de la felicidad Coca-cola…y es a partir de aquí cuando empezó el sufrimiento de verdad. Al pasar por el KM Coca-Cola (KM 17) empecé a notar que las fuerzas empezaban a estar muy justas pero seguíamos a buen ritmo.
Cuando comenzó el KM Juan Andrade (KM 18) y ya casi veía el Estadio Olímpico al fondo empecé a pagar las dos semanas de inactividad pasadas, las fuerzas empezaron a abandonarme pero estaba claro que mi ángel quería que acabara la carrera y por eso me mandó ayuda para protegerme en los últimos KM ¿con quién estaba? Con el mismo Juan Andrade, un fenómeno, vino para hacer mi carrera y no la suya y por eso no me dejó en ningún momento. A partir del momento en que le dije, “Juan, no puedo”… dejó de mirar el reloj para ver el crono y empezó a guiarme, fue él quien empezó a controlar el ritmo cantándome los pasos (ahora más cortos, ahora más largos, respira, toma agua, no te preocupes si te adelante gente llevas un ritmo buenísimo y así lo vamos a finalizar…) y así fuimos pasando el KM María López Jurado y el KM Studio Cuatro…ya sólo quedaba el nuestro, el R4S.
Recuerdo que yo iba viendo todo lo que pasaba a mi alrededor como “irreal”, llevaba una pájara de cuidado pero a mi lado tenía a Juan que me decía: “Nacho, disfruta, disfruta, piensa en Eugenia y disfruta que vamos a entrar en el estadio”…y así fue, entrada en el estadio y subidón.
Es difícil de explicar, una mezcla de sensaciones y todas de ponerte los pelos de punta pero lo mejor estaba por llegar, al encarar la última recta y ver la línea de meta la grada empezó a rugir y al mirar sólo se veían camisetas de “Yo tb corro por Eugenia”…puff me sigo emocionando sólo con acordarme de la gente saltando y disfrutando del momento, no se puede describir la sensación, hay que vivirla.
Y entrada en meta…aquí va mi pequeño homenaje a la persona que hizo posible que desde ese momento hasta ahora que os escribo el post, no haya perdido la sonrisa en ningún momento, GRACIAS JUAN
Quiero aprovechar también para dar las gracias a todas las personas que habéis participado en todo esto ayudándome a conseguir que el sueño se haya hecho realidad: Paulita, mi familia (en Madrid y en Sevilla), amigos, conocidos y patrocinadores. Muchas gracias porque a través de vuestro esfuerzo y “cabezonería” habéis conseguido la sonrisa de Eugenia y la de muchos otros niños.
Un abrazo y enhorabuena a todos los finishers!
NG (Finisher!!)